Ya hemos hablado de Nara en varias ocasiones, hemos hablado de su historia como ciudad importante de Japón, de sus impresionantes templos, y de sus encantadores ciervos Sika, acostumbrados a los humanos, y a los atosigantes turistas, que “necesitan” tomarse una foto pegados a ellos en lugar de hacerlo con el conjunto del paisaje.
Los inmensos y numerosos parques son un lugar ideal para tomar fotografías encantadoras, si te alejas un poco de las zonas mas concurridas puedes encontrar lugares muy fotogénicos, sin molestar a los animales pueden tomarse fotos mucho más bonitas. Cuando paseaba por estos paisajes, me imaginaba días menos soleados, con la vegetación húmeda por la lluvia y la niebla en el bosque, los faroles encendidos y los animales pastando.
Tal vez esas imágenes se den en alguna época del año, pero no cabe duda de que la belleza de un lugar no esta condicionada por las condiciones meteorológicas, y un día tan soleado y caluroso como el que nos había tocado, esa pequeña arboleda del parque lucia espectacular.
Eran ya las últimas horas en Nara, y pronto iríamos a la estación de trenes a coger un nuevo Shinkansen destino Osaka.
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