Corría 1974 cuando un campesino de nombre Yang Zhifa acuciado
por las terribles sequías que sufría por entonces la región de Shaanxi,
empezó junto con sus hermanos a buscar agua por la zona, cuando de
repente toparon con una de las estatuas. Como si de
experimentados arqueólogos se tratara, los campesinos siguieron excavando movidos por la curiosidad descubriendo más objetos, por lo que
imaginaron que debía de tratarse de algo importante e informaron a las
autoridades.
Cuando los expertos llegaron a la zona empezaron a barajar hipótesis, la
más aceptada es que esos guerreros formaban parte de la cercana tumba
de un emperador… Qin Shihuang Di, el primer emperador de China.
Pronto según avanzaron las excavaciones, la hipótesis se confirmó, miles
de guerreros en formación de ataque aparecían ante los atónitos ojos de
los arqueólogos, todos con facciones diferentes, no había uno igual,
todos armados, todos “protegiendo” la tumba del emperador y no se habían
documentado en ningún texto relacionado con el túmulo donde descansaba
Qin Shihuang Di.