viernes, 16 de agosto de 2019

LOS MENSAJEROS DE LOS DIOSES (NARA - PREFECTURA DE NARA - JAPÓN)

Nara

Como antigua capital del Japón medieval, Nara es una ciudad plagada de templos y ruinas, que llaman la atención de todo viajero, con diversos templos que forman parte del Patrimonio de la Humanidad. Entre ellos podemos admirar la magnificencia del tempo Tōdai-ji, el edificio de madera más grande del mundo, que alberga en su interior una enorme estatua de Buda, la más grande de todo el país. Pero no es el único templo que os asombrará, en la ciudad tenemos otros cuantos de una belleza autentica, como el Kōfuku-ji, cuya pagoda podéis ver en esta foto.

Todos estos templos están bien unidos por transporte público, pero si queremos siempre podemos pasear por los numerosos y extensos parques de la ciudad, bien cuidados y con el suficiente arbolado para ir a la sombra (en nuestro caso muy necesario ya que aquel día el sol abrasaba).

Pero en Nara vais a ver que los templos tienen un rival en cuanto a protagonismo, y es que en Nara viven cientos de ciervos sika (una especie propia de oriente), los cuales campan en libertad por todos sus parques, y atraen las miradas de todos los visitantes, en especial los niños.

Venerados como animal sagrado ya que son considerados mensajeros de los dioses por los sintoístas, estos preciosos animales, viven en los parques de la ciudad desde hace siglos. Bien cuidados, alimentados y saneados, pero sobre todo, respetados por la gente, no se les maltrata, se tiene extrema precaución cuando cruzan la carretera, etc.

Puede parecer que las avalanchas de gente pueden agobiar a un animal “salvaje”, pero es que estos animales dejaron de ser salvajes desde hace muchos siglos y son dóciles e incluso acuden a ti buscando comida o caricias eso si nunca hay que olvidar su naturaleza y que a veces pueden asustarse, y darte una coz o morderte, así que acércate a ellos con calma, sin dar voces ni hacer movimientos muy bruscos.

Pero como digo serán seguramente ellos quienes acudan a ti y es que alrededor de los parques hay cientos de puestos con unas galletas especiales, para darles de comer, hay que usar esas galletas de pienso, y no otro tipo de comida que puede hacerles daño o ponerlos enfermos.

Hoy en día son considerados como Tesoro Nacional, y la ciudad de Nara los ha adoptado como símbolo, produciendo montones de souvenirs con su cara.
A mi particularmente en un principio no me gustaba verlos tan agobiados por la gente, incluso hay algunos que les cogen la cabeza para que miren directamente a la cámara… pero luego te das cuenta de que cuando se hartan de la gente son ellos mismos los que se desplazan a las zonas más recónditas del parque, zonas mas tranquilas donde los cuidadores les tienen habilitadas todo tipo de comodidades alejados del bullicio. Hay que entender, que estos animales ya no reconocen otro hábitat natural que no sea ese (antiguamente incluso llegaron a estar en peligro de extinción)… por triste que nos parezca, llevan ahí siglos.



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