lunes, 25 de marzo de 2019

EL PRIMER BAÑO EN EL MAR DE ANDAMÁN (AO NANG - KRABI - TAILANDIA)




A lo largo de la historia, el mar de Andamán ha visto surcar por sus aguas millones de barcos, piratas, comerciantes y gitanos del mar, hacían sus vidas en estas aguas y costas, hoy en día todo eso queda ya muy lejos y estas costas se han convertido en un destino turístico muy apetecible ya no solo por sus paradisiacas playas, también por su cultura y gran cantidad de actividades que son realizables en la zona.

Aguas termales, vida salvaje, cuevas, arrecifes, acantilados, y las islas de Koh Phi Phi o Koh Lanta (que nosotros no visitamos) son una pequeña muestra de la gran variedad natural que puedes encontrar en este lugar de Tailandia.

De entre los múltiples destinos en el sur de Tailandia nosotros elegimos la provincia de Krabi, algo más tranquila que la vecina Phuket y con una oferta turística igual o mayor.

Para alojarnos elegimos la ciudad de Ao Nang, próxima a la capital Krabi suele ser más elegida por los turistas por su situación costera y por ser el punto de partida de las numerosas actividades de la zona. Aunque si os digo la verdad nos quedamos con ganas de ver la ciudad de Krabi que dicen que es muy bonita, con una arquitectura diferente en su entorno, con una oferta gastronómica increíble.

Ao Nang es una ciudad que creció por y para el turismo, realmente esta compuesta por alojamientos y hostelería. Pero aun así también puede considerarse como bonita, con sus largas playas y preciosas puestas de sol.

Llegamos de noche al aeropuerto de Krabi, por lo que ese día poco mas pudimos hacer, nos levantamos al día siguiente temprano con ganas de pasar nuestros últimos días en Tailandia descansando, la piscina de nuestro apartamento apetecía sobremanera con un sol que calentaba ya a esas horas como fuego, aun así, decidimos dejarla para la tarde, tocaba conocer esas preciosas playas. Los apartamentos se encontraban alejados de la zona de costa por lo que ofrecían un servicio de transporte gratuito para los huéspedes, lo que no sabíamos es que te llevan a una playa semi privada de Ao Nang donde tienen otro establecimiento, en principio no nos importó demasiado, nos tumbamos un rato, descansamos y nos metimos a probar las caldeadas aguas del Andamán. Mientras pensábamos en movernos a Railay, por lo que Cova y yo dimos un paseo por la playa para preguntar en un restaurante cercano la localización de las barcazas que llevaban a tal paradisiaco sitio.

Por el camino el apetecible columpio apareció ante nosotros y no pudimos resistirnos a subirnos en él. Tras un buen rato de risas y fotos obtuvimos por fin la información que necesitábamos y pusimos rumbo a Railay, para llegar a la hora de comer y disfrutar de una fabulosa tarde en esta península aislada.


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