También conocido como “Buddha Park” y situado a unos 25 km de la capital de Laos, Vientiane. Su visita si bien no es imprescindible, si que es recomendada, ya que es un parque muy pintoresco, en el, podemos encontrar una ingente cantidad de estatuas budistas y también algunas hinduistas, una mezcla si no inusual, si infrecuente que tiene su explicación.
Luang Pu Bunleua era un monje chamán que seguía ambas enseñanzas, con dinero proveniente de diversas donaciones, decidió construir en 1958 un parque en el que representar ambas y así poder servir de lugar de culto para gente con las mismas creencias.
La construcción de las estatuas esta realizada en cemento, mas barato para construir, pero a su vez veréis que por las estatuas se nota bastante el paso del tiempo y su mantenimiento es dificultoso. Aun así, cuando nosotros fuimos a verlo estaban muy bien cuidadas.
Tras cobrar al turista una entrada bastante simbólica, aproximadamente 1 euro, entrareis a un recinto en lo que lo primero que os llamará la atención seguramente será un enorme buda reclinado, este tipo de estatua de buda como ya hablamos en el blog no es inusual en Tailandia o sus países limítrofes, pero normalmente no se acercan al tamaño de este, con sus 40 metros de pies a la cabeza. Pero aun así el buda reclinado no es la construcción más llamativa del parque, este privilegiado lugar lo ocupa una gigantesca construcción en forma de cebolla y una pinta un tanto siniestra, como si se tratara de un templo en la jungla de una película de Indiana Jones, entramos en ella por una tenebrosa boca humana. La cebolla tiene tres niveles, cada uno con diferente ambientación, la vida terrenal, el cielo y el infierno.
La parte superior, el cielo es obviamente mas luminosa y te permite acceder a una especie de mirador que os dará muy buenas vistas del parque, el nivel central tiene una especie de diminutas ventanas por las que entra tenuemente la luz, y si bajamos al nivel inferior nos encontraremos con una especie de cripta en la que los adornos y las figuras que la pueblan son grotescas.
El resto del parque está compuesto por unos jardines salpicados de figuras de todas las clases, algunas muy llamativas. Y que los ajenos a esta cultura y religión poco vamos a ser capaces de interpretar. Muy cerca del parque se encuentra el rio Mekong que en esa zona actúa de frontera entre Tailandia y Laos. Así a la otra orilla podéis ver Tailandia desde Laos.
La visita empezó un día gris, había amanecido con el cielo encapotado y amenazaba lluvia, eran nuestras últimas horas en ese fascinante país que había sido Laos, a medio día teníamos que dirigirnos al aeropuerto de Vientiane para tomar un avión con destino Bangkok, volvíamos a Tailandia para pasar entre la capital y Krabi nuestros últimos días de vacaciones. A medida que pasaban los minutos el cielo se fue abriendo dejando salir el sol y haciendo que la visita al parque, con poca gente en esos momentos, fuera perfecta.
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