sábado, 19 de enero de 2019

UN FRÁGIL EQUILIBRIO (VANG VIENG - LAOS)



La ausencia de salida al mar y la falta de un tejido industrial consistente hace que Laos base la mayor parte de su economía en la agricultura de subsistencia. Como ya hemos comentado otras veces a pesar de contar con enormes extensiones de jungla y bastas praderas, no todo el territorio de este país asiático es cultivable o explotable, debido a la amenaza latente de bombas y minas sin detonar. Las pobres carreteras y la ausencia de una línea de ferrocarril hacen también complicada la explotación forestal, y la que se realiza se hace sin control, devastando hectáreas de bosque tropical sin ningún tipo de planificación (por lo visto el gobierno ha tomado medidas para ello en los últimos años).

Con este panorama podemos adivinar que la agricultura que tiene lugar en el país es básicamente de autoconsumo, la mayor parte de las poblaciones crecen en torno al Mekong y a sus afluentes, zonas húmedas y ricas en nutrientes donde el cultivo del arroz es el más apropiado. Así según datos oficiales el 80% de la población se dedica a esta agricultura, una agricultura que aun así se queda muy justa para abastecer las necesidades del país. Pero China ha puesto sus ojos en este emergente país.

Cuando os movéis por el país podéis apreciar decenas de construcciones realizadas por el gobierno chino, que intentan mejorar las infraestructuras de Laos con especial énfasis en construir unas buenas comunicaciones entre los dos países, pero además de construir, China intenta ayudar a que la agricultura del país sea prospera y sostenible invirtiendo mucho dinero en ello en forma de proyectos de agricultura ecológica. Los intereses de China no son otros que estrechar los lazos entre los dos países para fomentar el comercio y también el turismo de sus ciudadanos. Viendo que desde que el gobierno comunista de Laos se abrió tímidamente a una economía de mercado, el país no ha dejado de crecer poco a poco, y el turismo no hace más que aumentar año tras año, aunque aún se sitúa lejísimos de sus vecinos (Tailandia, Vietnam o Camboya entre otros).

Pero mientras esos avances llegan con cuentagotas. Laos vive en un frágil equilibrio entre el desarrollo, las necesidades de su población y el cuidado de sus frágiles ecosistemas. El turismo que llega al país buscando una cultura fascinante y unos parajes vírgenes y salvajes, cada vez aporta más al país que se vuelca en ofrecer calidad al viajero. Pero para la mayor parte de la población levantarse por las mañanas y cuidar de sus cosechas sigue siendo su modo de vida.

La fotografía muestra campos de cultivo en Vang Vieng, una de las ciudades más turísticas del país. Fue tomada al amanecer mientras sobrevolábamos la zona en globo.


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