Durante los siglos XVI y XVII los ataques de piratas a las costas de las Islas Canarias atemorizaban a su población, los corsarios procedentes de Europa y África saqueaban y sembraban el caos con cada una de sus incursiones.
Decenas de fortalezas fueron construidas para intentar repeler a los piratas y proteger a los habitantes, pero el saqueo no era lo que más temían los lugareños, sino el ser capturados y convertidos en esclavos, actividad que solían hacer los piratas berberiscos, procedentes de África. Por ello muchos de ellos preferían huir y esconderse dejando atrás la mayor parte de sus pertenencias hasta que el peligro se alejara de sus costas.
En la isla de Lanzarote podemos encontrar bastantes fortalezas e historias sobre estos saqueos, y también escondites naturales usados por la población. Uno de los más famosos es sin duda La Cueva de los Verdes.
Hay que aclarar que la cueva en si no es una cueva al uso, sino que se trata de un tubo volcánico, una estructura que se forma durante las erupciones volcánicas al moverse lavas muy fluidas por debajo de otras más compactas, esto provoca que las superiores se solidifiquen primero y las inferiores sigan fluyendo originándose así una cavidad alargada que en el caso que nos ocupa mide siete kilómetros, que van desde la falda del volcán La Corona (el causante hace 5000 años) hasta el mar, internándose en el mismo 1 km y medio. Es así considerado como el tubo volcánico más largo del mundo.
Llamado así por encontrarse en las tierras de una familia de apellido Verdes, era el refugio de no pocos habitantes cuando el “terror” acechaba sus costas. En él, gracias a su amplitud podían congregarse cientos de personas que con víveres suficientes podían pasar largos periodos de tiempo a escondidas.
Hoy en día La Cueva de los Verdes, es una de las más famosas atracciones naturales de Lanzarote, realizándose la visita conjuntamente con los Jameos del Agua (que se originan cuando se hunde el techo de alguna sección de estos tubos). Si os gustan estos temas de geología y vulcanismo sobra decir que la visita se convierte en obligatoria y si no, se convertirá en un agradable paseo, tanto para la vista como para librarse un poco del calor, sobre todo en los meses de verano.
Además, la “cueva” guarda un secreto que solo es revelado a aquellos que la visitan, podéis apreciarlo en la foto, pero no seré yo quien os diga de que se trata.
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