La llamativa estética de los cañones de ranura (slot canyon), con sus formas redondeadas forjadas por el agua durante miles de años, siempre son un reclamo para la gente, algunos famosos como Antelope son visitados por decenas de miles de personas a lo largo del año. Pero en EEUU podemos encontrar una gran cantidad de estos, con diferentes tamaños, formas y ubicaciones.
El Parque Nacional de Zion, pese a la lluvia y la niebla fue uno de los paisajes que más me impresionó de nuestro viaje por EEUU, sus cañones excavados en la roca y su naturaleza indómita son todo un espectáculo para la vista, nosotros que íbamos con la intención de hacer la famosa y también peligrosa ruta de Angel´s Landing, tuvimos que cambiar de planes sobre la marcha debido a el resbaladizo suelo que la lluvia provocaba, así hicimos la segunda que teníamos en la lista, Observation Point, que la mayor parte de la gente suele destacar como más hermosa aun, aunque claro, no tiene el punto de aventura de la primera.
Hacer la ruta de Observation Point nos lleva a través de unos 13 km ida y vuelta ascendiendo desde el fondo del cañón hasta la cumbre por tortuosos caminos, a mitad del recorrido más o menos, tendremos la oportunidad de ver un cañón de ranura, es pequeño, pero no por ello menos espectacular, y aunque con la lluvia es peligroso adentrarse en él, siempre se puede ver bastante bien desde sus alrededores. Echo Canyon presenta ya en su entrada las características formas de estos cañones y es muy fotogénico ya que además el entorno que lo envuelve es magnífico. Nosotros no pudimos resistir la tentación de pararnos un buen rato, tanto en la subida como en la bajada, para intentar sacar algunas fotos decentes sin personas, algo bastante complicado ya que, aunque el tiempo no acompañaba, las sendas en EEUU siempre están llenas de gente.
La visita a Zion se me antojó bastante escasa, el parque, que a veces es descartado de la ruta de quienes hacen este “road trip”, y como ya he dicho, es uno de los paisajes mas bonitos que he visto nunca, y esta lleno de cosas que hacer, cuidado como pocos e incluso un día como el que nosotros fuimos con la lluvia, tiene su encanto, ya que el agua cae de todas las cumbres a través de pequeñas cascadas dando un toque de “otro mundo” al paisaje. Sin duda es uno de los parques a volver a visitar si algún día vuelvo por la zona.
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