sábado, 5 de enero de 2019

LA TORRE DE LA CAMPANA (XI´AN - SHAANXI - CHINA)



Nuestra visita a Xian fue más corta de lo que hubiera deseado, una gran parte del día la empleamos en la visita a los famosos Guerreros de Terracota, y luego entre instalarnos en el hotel, teléfonos móviles extraviados y demás se nos hizo de noche, empezamos a caminar por las calles de la antigua capital China para visitar algunos de sus puntos turísticos antes de que se hiciera de noche, obviamente no hay punto turístico más visitado que uno que se encuentra justo en el centro, así que nos dirigimos a la Torre de la Campana, que se encuentra justo en el centro geográfico de la ciudad.
La Torre de la Campana fue erigida durante la dinastía Ming, en el año 1384, esta torre y otra próxima a ella, la Torre del Tambor, son las encargadas de anunciar el inicio y el final del día.

La torre de la campana es el edificio de su tipo más grande preservado en todo el país, con sus casi 36 metros de altura.
Como la mayoría de los edificios de China la torre cuenta con sus propias leyendas, la más famosa es que la cuenta que un dragón que habitaba en el rio que cruzaba la ciudad era el responsable de los terremotos que por entonces azotaban la región, para atrapar al dragón se construyó el campanario, y desde entonces no ha habido terremotos importantes en la ciudad.

Pero lo cierto es que su construcción tenía otros motivos y es que en sus inicios servía para ver más allá de las murallas de la ciudad y vigilar desde el centro de la misma todos los ángulos posibles ante eventuales ataques. Con el paso de los siglos, y el crecimiento de la ciudad el uso defensivo de la torre dejo de ser importante y empezó a usarse a modo de enorme campanario que anunciara la salida del sol.

En su interior podemos encontrar varios tipos de campanas, con diferentes tamaños, pero la que destaca no está en la torre si no en un museo para su preservación, la campana llamada Jingyun, fue construida en el 771 durante la dinastía Tang y trasladada a la torre tras su construcción, hace unas décadas debido a su estado se decidió protegerla en un museo y sustituirla por una réplica algo más “pequeña” con una altura de dos metros y medio y un peso de seis toneladas y media.

Antiguamente el tráfico pasaba por su interior, a través del túnel que podemos apreciar en su base, pero con el crecimiento de la ciudad y del tráfico rodado se hizo necesario un nuevo plan de urbanismo que incluía construir una enorme rotonda que la rodeara.
Al terminar la visita a las dos mencionadas torres (de la del tambor hablaremos otro día), ya nos quedaba poco tiempo, así que nos dirigimos a cenar, en una cena que fue sin duda una de las más “divertidas” del viaje, ya que empezamos a pedir prácticamente a ciegas y uno de los platos eran unos muy muy picantes pimientos que te dejaban prácticamente anestesiada, aun así, fuimos valientes y los terminamos ante las miradas divertidas de los camareros del establecimiento.


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