sábado, 29 de diciembre de 2018

HAYEDO DE OTZARRETA (P.N. GORBEA - VIZCAYA - ESPAÑA)



Conocer paisajes de ensueño no tiene por qué implicar hacer viajes a miles de kilómetros de tu casa, si investigas un poco siempre encontraras sitios preciosos que conocer a pocas horas de coche de tu hogar, para nosotros escaparse unos días a Vizcaya siempre es apetecible. En esta provincia vasca, podemos encontrar preciosos pueblos, gran legado cultural y mejores personas. Pero sobre todo una naturaleza viva y cuidada.

Situado entre la provincia de Vizcaya y la de Álava se encuentra el Parque Natural de Gorbeia, un precioso entorno con altas montañas y frondosos bosques en los que además de poder hacer decenas de rutas de senderismo, encontrarnos algunos rincones únicos y preciosos. Como es el caso del hayedo de Otzarreta, la fotografía de hoy.

Si buscáis otras fotos de hayedo en internet veréis algunas en las que está cubierto de una tenue niebla y el arroyo baja cargado de agua. Eso fue precisamente lo que hace unos años nos llevó, aquel lluvioso día de octubre, a visitarlo. Aunque como veis no encontramos nada de niebla, y el arroyo tenía poca agua, disfrutamos del hayedo prácticamente vacío de personas, toda una suerte ahora que se ha vuelto popular.

Ya no solo por encontrarse en un lugar idílico, sino también por su estética, es un lugar muy fotogénico. Las hayas que lo componen tienen una forma peculiar, y es que en lugar de extender sus ramas horizontalmente, estas crecen muy verticales, el motivo de esta variación es que han sido objeto de una práctica de poda que solía usarse antiguamente (aun se usa en otros lugares) para obtener carbón vegetal, el trasmocho.

El trasmocho consistía en podar la guía principal de las hayas cuando estas tenían una edad de unos 50 años, al cortarse esta guía principal surgían una serie de ramas que se cortaban en periodos de tiempo más cortos (unos 15 años). Esa madera se utilizaba en carboneras que eran encendidas en las proximidades con el fin de obtener carbón vegetal que luego se trasladaba a las diferentes industrias de la zona. Pero esa época ya paso, y es que con el tiempo el uso de esa madera y de ese carbón vegetal dejo de utilizarse, y las hayas siguieron creciendo a su ritmo obteniendo estas formas tan características.
Pasear por Otzarreta con apenas gente a tu alrededor se convierte en una agradable experiencia, el sonido del manto de hojas crujiendo bajo tus pies es junto al ruido del agua que baja por el arroyo, lo único que rompe el silencio. Sentarte un rato relajarte y respirar hondo es una de las cosas que no debes dejar pasar en tu visita. En el hayedo se respira frescor, pureza y naturaleza.

Volveré algún día sin duda, como ya dije hace un tiempo Gorbea se merece una visita a fondo, y por supuesto no dejare pasar la oportunidad de intentar fotografiar de nuevo Otzarreta, y si es posible con la mística niebla envolviendo su belleza.


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