Visitar China es sumergirse en un mundo de milenaria cultura, exóticos sabores, fantásticas historias y sobre todo maravillosos paisajes. La extensión de China hace que prácticamente sea un continente dentro de Asia, por ello la variedad de sus paisajes es enorme.
Sin duda uno de sus paisajes más atractivos se encuentra en la región autónoma Zhuang de Guangxi. Ahí está Guilin y sus alrededores con ciudades como Yangshuo y sus montañas kársticas atravesadas por el rio Li y otros pequeños ríos, sus enormes cuevas y sus fotogénicos arrozales. La visita a la zona requiere por supuesto que le dediquemos cuantos más días mejor, por ello Guilin debe ser el punto de partida, llegar a la gran ciudad, y luego moverse por sus alrededores, pero, aunque Guilin como ciudad, sea menos atractiva, no por ello debe de pasarse por alto.
Llena de parques y lagos y rodeada y salpicada por las increíbles montañas kársticas. Bien puede llevaros un día o dos visitar la ciudad. Uno de los lagos más importantes de la ciudad es el lago Shan Hu, un paseo por sus orillas, por el parque que lo rodea, supone un oasis ante tanto edificio de una ciudad que supera los cuatro millones de habitantes.
En el podemos encontrar decenas de sitios fotogénicos, pero sin duda la mayor parte de las miradas las acaparan las dos pagodas de la foto. La pagoda del Sol (Ri Ta) y la pagoda de la Luna (Yué Ta) son dos pagodas prácticamente idénticas en su forma que se diferencian básicamente por su altura, anchura y color, cuando las vemos iluminadas de noche, la más grande tiene un color dorado que recuerda al sol y la más pequeña un color blanquecino que recuerda a la luna. Unidas por un pasadizo subterráneo, son visitables sin problemas, pero su fotografía más bonita es cuando llegas a la otra orilla del lago y captas su reflejo en las tranquilas aguas.
Una magnifica vista que sirve como aperitivo ante una región espectacular en todos los sentidos.
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