viernes, 16 de noviembre de 2018

EL BUDA RECLINADO DEL WAT PHO (BANGKOK - TAILANDIA)


Llegar a Bangkok y descubrir que muchos de los templos y recintos que queríamos visitar estaban cerrados por estar preparándose para conmemorar el primer aniversario del fallecimiento del idolatrado monarca Bhumibol Adulyadej. Fue una gran decepción, mitigada eso si porque ya veníamos de unas semanas de viaje y ya habíamos visto suficientes cosas como para tener copados nuestros sentidos de maravillas.

Aun así, Bangkok es enorme y guarda no pocos sitios que visitar, por suerte el templo del buda reclinado estaba abierto al público. Y no hay mal que por bien no venga, por lo que pudimos dedicarle algo más de tiempo del que teníamos planeado. El templo del Buda Reclinado, más conocido como Wat Pho, es uno de los más famosos de la ciudad, seguramente si planificáis la visita lo pondréis como prioritario, además al quedar tan cerca del Palacio Real puede hacerse como visita conjunta.

En él nos vamos a encontrar numerosos recintos y edificios, a cada cual más espectacular, preciosas estupas, estatuas de guerreros, jardines, imágenes variadas de buda, pequeños templos, incluso también hay un centro de enseñanza de medicina tradicional tailandesa, en el que podemos disfrutar de los famosos masajes tailandeses a precios muy buenos. Pero sobre todo la estrella es el enorme buda reclinado, de 43 metros de longitud y totalmente cubierto de pan de oro. Su magnitud, es tal que es prácticamente imposible hacerle una foto frontal, por lo que hay que buscar diferentes ángulos, y sobre todo tener suerte de no pillar ninguna otra persona de por medio.

Fue construida en 1832, durante el reinado de Rama III. La escultura representa el tránsito de Buda desde la muerte al Nirvana. El templo que la contiene fue construido específicamente para protegerla por lo que la estatua prácticamente ocupa todo el edificio dejando unos estrechos pasillos a su alrededor, que normalmente estarán saturados de gente. A sus espaldas podemos escuchar el tintineo de las monedas que la gente va dejando en las urnas a modo de donativo espiritual.

En definitiva, ya no solo por la espectacularidad de la estatua, sino también por la belleza y la paz que se respira en algunas estancias del recinto, el Wat Pho es una visita imprescindible en una ciudad tan llena de contrastes como es Bangkok.


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