BERLINER DOM (BERLÍN - ALEMANIA)

Uno los edificios más vistosos, en una ciudad llena de edificios vistosos, es sin duda la catedral de Berlín. Alzándose majestuosa en las proximidades del rio Spree, su cúpula cobriza con ese color verdoso llama la atención a cientos de metros de distancia. Y como todos los edificios de la ciudad, tiene una historia marcada por la guerra.

Berliner Dom fue construida entre 1894 y 1905 sobre los cimientos de otra catedral anterior de estilo barroco, justo enfrente del Palacio Imperial en el territorio que hoy en día se encuentra entre la Isla de los Museos y el jardín Lustgarten. Durante el mandato de la dinastía imperial de los Hohenzollern, sus miembros recibían sepultura en la catedral. Hoy en día en su cripta se mantienen 90 tumbas.

Llegó la fatídica segunda guerra mundial, la cruenta guerra, no solo cambió al mundo y a las personas, sino que también cambió la cara de muchas ciudades. Berlín como es obvio sufrió una destrucción enorme de la que no se libraron sus monumentos, en 1944 una bomba cayó sobre la cúpula de la catedral, destrozando una gran parte del edificio.

Cuando Alemania empezó a recuperarse de los estragos de la guerra, surgió la necesidad de restaurar la grandeza de los edificios emblemáticos. Y como edificio emblemático religioso más importante de la ciudad, la catedral fue elegida para su rehabilitación en 1975, hasta entonces se le había colocado un techo provisional para preservar su interior, ese techo fue poco a poco reemplazado por una nueva cúpula, algo más pequeña que la original pero igual de vistosa que entonces que terminada en 1993, devolvió el esplendor al edificio.

Hoy en día es una visita inevitable e imprescindible, situada como decimos cerca de la Isla de los Museos no podréis evitar verla en vuestra visita. Es posible visitarla por dentro e incluso subir a su cúpula para disfrutar de unas vistas impagables del centro de la ciudad. Nosotros, con miles de cosas que hacer en la ciudad, teníamos que sopesar que priorizar, por lo que ateos como somos, toda la parte religiosa del edificio no nos llamaba demasiado la atención, y las vistas era lo que más nos interesaba, de todas formas decidimos verla solo por fuera y dejar la vista panorámica para la visita al Parlamento.