No es ni de lejos la mejor foto que se le puede hacer a este meandro del rio Colorado. Pero al menos algo decente quedó. El angular de la cámara no era suficiente para captar todo el rio y a su vez el terreno, existen puntos más elevados para intentarlo pero a esas horas Horseshoe Bend estaba hasta la bandera de gente.
El sol se ponía y a esas horas los turistas llenan sus orillas esperando sacar la mejor foto, como no, se llena de gente que quiere aparecer en el momento y se sacan decenas de fotos de todos los ángulos. Pero también se llena de fotógrafos más “profesionales” que con trípode y filtros intentan obtener la instantánea más bonita. Yo llevaba trípode, pero disto mucho de ser profesional, así que quedó esto que veis.
Horseshoe Bend o para que nos entendamos Curva de la Herradura, es uno de los meandros que el rio Colorado suele formar al erosionar el terreno por el que discurre durante millones de años. Este que veis en la foto, situado en la localidad de Page en Arizona es uno de los más famosos, ya que su forma es casi perfecta y sus alrededores excelentes para tomar una buena foto. Además es muy accesible pudiendo llegar a él muy fácilmente, primero en coche y luego andando una pequeña caminata desde el aparcamiento. Como todo por esta zona, cada vez es más conocido gracias a las redes sociales, y el número de turistas que acuden a verlo aumenta tremendamente cada año, por lo que se ha tenido que instalar una barandilla de seguridad para evitar que la gente se despeñe en una caída de 300 metros, no obstante si os asomáis un poco al precipicio podéis ver no pocas pertenencias personales perdidas ya para siempre.
La intensidad de los colores que componen la escena va variando según la posición del sol, y aunque cualquier momento del día es bueno para hacer unas fotos, sin duda el momento estrella que suele esperar la mayoría es el anochecer.
Nosotros llegábamos con el tiempo justo para verlo, después de pasar frio, nieve y luego sol en Bryce Canyon, nos apresurábamos para conseguir llegar en el momento justo, y así fue, aparcamos en un parking no muy arreglado y bastante a rebosar de coches, y empezamos la caminata hacia la herradura con la esperanza de que el sol aún se mantuviera. Llegamos a tiempo y tomamos no pocas instantáneas hasta que el sol desapareció en el horizonte. Llegaba la hora de ir al hotel, asearse e irnos a cenar, al día siguiente tocaba uno de los días más emocionantes e intensos del viaje, tocaba Antelope Canyon y Monument Valley, con noche en el famoso hotel “The View”.
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