Estoy seguro de que muchos de vosotros podéis decirme alguna película americana que esté ambientada en los años 50. La época de postguerra trajo a EEUU un gran crecimiento económico, social y cultural. Una época que dejó decenas de imágenes icónicas y como no también personajes recordados tanto para bien, como para mal.
Los medios audiovisuales, en todas sus formas nos han dejado un legado enorme de ese periodo histórico, y aun a día de hoy, su estética resulta encantadora, estando aun de “moda” y sirviendo como fuente de inspiración para las nuevas tendencias.
Películas como Grease, West Side Story, Forrest Gump, Regreso al Futuro 2 o incluso Dirty Dancing, ponen en escena esos vibrantes años. Podéis recordar como los despreocupados adolescentes de esas películas tenían como punto de reunión las afamadas cafeterías y hamburgueserías. Con su colorida decoración, los apetecibles batidos, comida grasienta pero deliciosa, las camareras uniformadas y la gramola con algún famoso tema del momento (hoy clásico). Encontrarse con lugares de esta estética es bastante fácil en cualquier lugar del país, pero si hay un sitio donde se concentran en cantidad, es en un lugar que ha quedado atrapado en el tiempo. La ruta 66, recorrer, aunque sea un tramo de la histórica carretera es algo imprescindible en un viaje por la costa oeste, y por supuesto uno no debe de dejar pasar la oportunidad de comer en uno de los pueblos que la salpican.
Se que como opción culinaria no es la más recomendable, pero, aunque no seáis muy aficionados a este tipo de comida, bien merece la pena hacer una excepción y parar en uno de estos “burguers”, aunque sea solo por experimentar la sensación de “volver” a los años 50 ya que la mayoría de estos locales son genuinamente auténticos y tienen mucho más encanto que las cadenas “imitación” que podemos encontrar en nuestro país.
Peggy Sue en Barstow, nos quedaba fuera de la ruta, pero en Kingman había otro bastante interesante y famoso, el Mr D´z. Justo al final de nuestro trayecto por la Ruta 66 y cuando ya nos disponíamos a cambiar de dirección destino Las Vegas, hicimos la ultima parada en Kingman para comer, tras una visita aleatoria por las calles del pueblo nos acercamos al Mr. D´z dispuestos a devorar nuestra comida ya que teníamos un hambre brutal… Una hamburguesa y un sándwich, acompañados de dos brutales batidos fue nuestra comida aquel día…
Solo queda decir que salí del restaurante pensando si podría llegar a comer algo más aquel día. Llenísimos, pusimos rumbo a la ciudad del pecado para comenzar la última etapa del viaje.
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