viernes, 6 de julio de 2018

MURALLA DE ÁVILA (ÁVILA - ESPAÑA)


Un día nos dio por coger el coche e ir a visitar dos joyas del patrimonio histórico y cultural de España, Ávila y Segovia. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la ciudad de Ávila cuenta con no pocos monumentos excelentemente conservados, pero si hay algo que destaca sobremanera es su muralla, el gran atractivo que se lleva las miradas de todos los turistas.

Su excelente estado de conservación la convierte en una de las murallas más destacables no solo de España si no del mundo. Con un perímetro de dos kilómetros y medio llama la atención por la altura de sus muros, que fueron construidos aprovechando materiales de los alrededores, entre ellos algunos procedentes de otras viejas murallas de origen romano. Por lo que se sabe que antes existían otras murallas más pequeñas en la zona, esta data de la segunda mitad del siglo XII y ha pasado por no pocas reformas a lo largo de los siglos, incluso en siglo XIX a algún iluminado se le ocurrió que debían de ser derruidas para facilitar el tránsito. Por suerte la inviabilidad económica del proyecto en la época detuvo sus intenciones.

Y un tiempo después se convirtió en patrimonio de la humanidad Se pueden visitar de muchas maneras, un tour que nos permite subirnos a ellas y hacer una gran parte del recorrido, y que os aseguro que merece la pena, nosotros pasamos de la audio guía pero cuando llevábamos ya un buen trecho recorrido me arrepentí de no haberla cogido, ya que en ciertos puntos me hubiese gustado saber la historia que contaban por la guía. Ese día pateamos su perímetro varias veces, primero con un calor agobiante con el que empezamos a despojarnos de las prendas de ropa que nos sobraban y luego en una gélida noche en la que las prendas volvieron a nuestro cuerpo, y es que por aquellas fechas de mayo, las montañas que se veían a lo lejos un tenían nieve y el viento soplaba fuerte y frio, los lugareños decían que estaban siendo meses muy fríos aun.

Por lo que nos fuimos al hotel para ponernos algo de abrigo para luego salir a cenar a alguno de los recomendables restaurantes que pueblan el casco antiguo. El cansancio del día nos “obligó” a volver al hotel a descansar, pese a que era fin de semana y la noche parecía muy animada… Al día siguiente tocaba visitar algunas cosas que nos habían quedado pendientes y partir hacia Segovia para admirar su imponente acueducto.



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