Aunque todos tienden a referirse a ella como Big Ben, lo cierto es que sería más correcto nombrarla como la Torre Elizabeth o al menos como la Torre del Big Ben. Y es que el Gran Ben, no es sino la enorme campana de su reloj. Construida como parte del nuevo palacio de Westminster, después de que el anterior fuera pasto de las llamas. La torre se ha convertido en el símbolo de Londres en el mundo entero, y posiblemente uno de los edificios más famosos del mundo. Visitado a diario por miles de turistas, sus fotos se pueden ver por miles en Instagram y otras redes sociales. Su interior en cambio solo puede ser visitado por residentes en el Reino Unido previa solicitud anticipada.
El reloj de la torre siempre ha sido famoso por su precisión y es que en sus entrañas esconde un sorprendente mecanismo, que incluso usa peniques para ajustar la velocidad del reloj. Salvo en contadas ocasiones de fuerza mayor el reloj, siempre ha estado dando la hora desde que se construyó en 1859. Y es que el Big Ben ha sido testigo de dos guerras, ha resistido a los bombardeos sobre Londres, a los gélidos inviernos de la capital inglesa, y a la inevitable vejez que a todos nos llega con el paso del tiempo. Su mantenimiento por supuesto es constante, un símbolo asi siempre tiene que lucir impecable, y precisamente en nuestros días se encuentra cubierto por algunos andamios, con las campanas silenciadas y sin actividad tres de sus esferas debido a la mayor tarea de mantenimiento que se ha realizado en su historia. Así que, si visitáis Londres durante lo que queda del año y el siguiente, posiblemente lo encontréis un poco feote y poco fotogénico.
Aun así, no os desaniméis, ya que pese a ser el icono de la ciudad pronto os encontrareis con alguna otra construcción que os dejará sorprendidos. Mi cuarta visita a Londres era una visita relámpago, para matar el tiempo entre dos enlaces de vuelos, ya sabía que estaba en obras y quería ver otras cosas “nuevas”, pero no pude evitar echarle una mirada desde Trafalgar Square para comprobarlo por mí mismo, y es que desde las columnas de la National Gallery, se puede tomar una hermosa foto con las columnas del edificio, la estatua de Nelson presidiendo la plaza y la torre al fondo.
La foto que veis, la hice en mi segunda visita a la ciudad, salíamos de la parada de metro de Westminster, dirigí mi mirada a la torre parado en las escaleras, a la mente me vinieron unas cuantas fotos que había visto ya por internet, saqué la cámara y ahí entre la marabunta de gente que salía en ese momento de la estación inmortalicé la torre, una de las decenas de veces que lo he hecho ya. La foto quedó bonita, es más, la siguiente vez que visité la ciudad me dispuse a hacer la foto de nuevo a ver si conseguía arreglar los defectos que tenía, y… salió peor. A veces la primera vez que haces algo es cuando mejor te sale.
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