viernes, 14 de septiembre de 2018

DIBUJANDO EL WAT PHRA SINGH (CHIANG MAI - TAILANDIA)


Una vida dedicada a la oración y a la meditación. Los monjes budistas se levantan muy temprano, sobre las cuatro de la mañana para realizar sus primeras oraciones, antes de salir a buscar ofrendas de comida y hacer su primera y única comida durante el día a las ocho de la mañana, luego el resto del día, hasta la noche cuando cenan, se lo dedican a la meditación, al mantenimiento y limpieza de sus monasterios y al cultivo de la lectura y otras actividades culturales, como por ejemplo la pintura. Despertamos emocionados nuestro segundo día en Tailandia, Chiang Mai nos esperaba, y si hay algo que hacer en esta ciudad, es visitar templos y cultura budista. Empezamos a caminar por las ruidosas calles principales camino de la zona antigua de la ciudad, ahí tras una muralla se esconden una infinidad de templos, algunos enormes abarrotados de turistas y otros que pasan desapercibidos y solo son visitados por los lugareños.

El caso es que camines para donde camines y sobre todo si llevas pocas horas en Tailandia como era nuestro caso, no pararas de mirar para todas partes. Nos dirigimos al templo Wat Phra Singh, uno de los más conocidos de la ciudad, por el camino un amable lugareño se ofreció, así como si nada a hacernos de guía, trabajaba en el servicio postal, cerca del templo, y nos recomendó otros cuantos en el mapa que llevábamos, para luego despedirse camino de su trabajo y deseándonos una buena estancia en su país.

Cuando llegamos al Wat Phra Singh, ya había bastante gente en las inmediaciones, caminamos por todo el recinto tomando fotos, antes de entrar en el templo, Cova tenía que cubrirse para entrar, lo cual con el calor que empezaba a hacer no le gustaba demasiado, pero no quedaba otra. Después de un rato visitando todas las construcciones del edificio nos fijamos que en un rincón del jardín había unos cuantos monjes muy aplicados en tareas de dibujo, sentados a la sombra dibujaban el templo con una tranquilidad y una precisión pasmosa, ajenos a los turistas y a sus fotos daban pinceladas sobre el lienzo, como si cada una de ellas les llevara a la tranquilidad más absoluta. El templo es muy bonito, pero de momento prefiero presentarlo a través del dibujo de los monjes.


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