lunes, 27 de agosto de 2018

VIVIR CON MIEDO AL SUELO QUE PISAS (VANG VIENG - LAOS)



"Dada nuestra historia aquí, creo que Estados Unidos tiene la obligación moral de ayudar a sanar a Laos". (Barack Obama)

Eran palabras del ex presidente de EE UU, en una visita que hizo al país asiático hace unos años. Y es que los hechos no son muy conocidos por la opinión internacional, pero en Laos se cometió uno de los crímenes de guerra más injustos y salvajes de la historia.

Laos es un pequeño y precioso país asiático con mucho que ofrecer al mundo. Su cultura, sus paisajes y su hospitalidad empiezan a ser bien conocidas entre los viajeros y poco a poco el turismo empieza a ser un motor en la economía y en la vida de su gente. Pero a Laos aún le queda un largo recorrido, tras un siglo pasado convulso, en el que obtuvo independencia como colonia francesa, fue invadido por los japoneses, vivió una larga guerra civil, durante la cual, además, estuvo involucrado en la infame guerra de su vecino Vietnam.

Y es que en 1964 el gobierno de los EE. UU. empezó una operación secreta denominada Barrel Roll. El objetivo de esta misión era interrumpir la ruta Ho Chi Minh, sistema logístico por el cual el Vietcong transportaba suministros a la parte sur de Vietnam, para ello usaban parte del territorio laosiano escondidos en sus junglas. Laos que se había declarado neutral en la guerra vivía ya una situación de penuria y el auge del comunismo en el país también era molesto para los EEUU. Por lo que Washington, ya en el foco de las criticas mundiales por su papel en la infame guerra, decidió que había que golpear Laos también, pero tenía que ser de manera clandestina, ya que el país era neutral, y entonces la opinión pública se les echaría encima. Para ocultarlo a todo el mundo la CIA falsificó órdenes y mapas para que incluso la tripulación de estos aviones pensara que lo que estaban bombardeando era Vietnam y no Laos. Incluso los propios pilotos reconocieron años después que las ordenes eran bien claras, no se distinguía entre civiles o militares, si algo se movía, se aniquilaba.

Durante mucho tiempo bombarderos B-52 sobrevolaron territorio laosiano ante el terror de su población. Estos aviones soltaban bombas sin parar y sin objetivos fijos sobre el país. Así la jungla y los pueblos de Laos se vieron arrasados por una lluvia incesante de bombas y napalm. En una larga pesadilla que continuó hasta 1972. Tras más de 500000 misiones y más de 260 millones de bombas explosionadas, Para para que os hagáis a la idea, media tonelada de explosivos por habitante o una bomba cada ocho minutos desde que comenzaron los bombardeos hasta que terminaron. Superando las lanzadas en toda la Segunda Guerra Mundial. Los bombardeos cesaron, pero la pesadilla continuaba.

Y es que entonces los habitantes se encontraron con que sus ciudades y pueblos habían sido arrasados, gran parte de los edificios de la época habían desaparecido, e incluso la orografía de país se había visto modificada, ya que tras las explosiones algunas montañas habían cambiado incluso de forma, y ciertas regiones parecían quesos gruyere de la cantidad de agujeros que presentaban en su superficie…

Pero lo peor era que el peligro aún seguía y sigue latente y segando la vida de los habitantes de este país, ya que unos 288 millones de bombas de racimo y unos 75 millones de otro tipo de bombas sin explotar quedaron esparcidas en Laos al terminar la guerra. Diez de las dieciocho provincias del país han sido declaradas como "severamente contaminadas" por la artillería que no explotó. Los mutilados por las bombas y las minas antipersona son una gran proporción de la población, y hoy en día hay zonas inaccesibles por estar infestadas de estos peligros, cada año cientos de personas sufren las consecuencias de esta irresponsabilidad, entre ellos niños. Enormes extensiones de tierras que podrían ser cultivables y ayudar en la economía de la gente son inaccesibles debido al peligro que entrañan. Laos tiene el dudoso honor de ser el país más bombardeado de la historia. Un lastre para un país que ya de por si tiene bastantes problemas que limitan su crecimiento.

Los laosianos han aprendido a convivir con estas al igual que conviven en ciertas regiones con otro tipo de peligros naturales, extreman la precauciones y evitan las zonas peligrosas. La desmantelarían y limpieza es un proceso lento, pero de momento parece que va avanzando. En algunos mercados podemos ver como las bombas se han convertido en parte de la vida cotidiana, y vemos como su metal se ha usado para fabricar todo tipo de utensilios, podemos apreciar colgantes y figuras que invitan a vivir en un mundo en paz hechos con el material de estas. Podemos verlas en algunas casas ya inactivas, o incluso en las carreteras, esta de la foto por ejemplo se colocó al inicio de un puente muy transitado en Vang Vieng.

Solo puedo deciros que cuando ves a un laosiano sonriéndote, siendo agradable y tremendamente hospitalario contigo se te parte el alma al ver lo que el que nosotros llamamos el primer mundo y las guerras, le han hecho a él y a su familia. Pensadlo la próxima vez que una cara sonriente huyendo del horror os pida ayuda…


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