Pasear junto al mar es una de las mejores actividades que podemos realizar para relajarnos y librarnos un poco del estrés al que la rutina diaria nos somete. Y si este paseo es por entornos no urbanos, lejos del ruido de las ciudades, mejor que mejor.
La Senda Costera Naviega es un lugar muy propicio para ello. Con unos 21 kilómetros de recorrido, es una ruta muy fácil que puede realizar personas de cualquier edad y condición física. Empezando en las inmediaciones de la Playa de Barayo, recorrerá preciosos paisajes, estupendas playas y algún que otro pueblo, hasta llegar a su final en Navia.
Nosotros la empezamos en Puerto de Vega, tras una buena comida, nos dirigimos a uno de los puntos (en el kilómetro 7,8) en los que la ruta atraviesa el pueblo para empezarla dirección a la Playa de Frexulfe. El sol seguía calentando intensamente, pero la brisa marina reconfortaba y hacía que el paseo fuese muy agradable. A lo largo del trayecto fuimos encontrándonos con numerosos puntos en los que parar y admirar el paisaje, como la Playa de la Losera o la Isla de Soirana, pero también no pocos sitios en los que pararse y disfrutar en silencio de las aguas del mar rompiendo contras las rocas. Tras menos de una hora de caminata, en el kilómetro 12, avistamos ya la Playa de Frexulfe, con bastante gente al tratarse de un caluroso domingo, pero a esas horas de la tarde, cuando el sol ya empieza a aflojar y mucha gente se empieza a retirar, es cuando más nos gusta a nosotros la playa.
Pasamos alrededor de una hora tumbados y relajados, para luego dar un paseo por la playa y sus aguas, pero, aunque estábamos muy a gusto en este paraje, la vuelta a Puerto de Vega ya se hacía necesaria, queríamos ver la puesta de sol desde alguno de los puntos que antes habíamos recorrido y además había que volver a casa. Cuando volvíamos un “enorme” sol se ponía por el horizonte, la cámara, o el inútil del fotógrafo, no era capaz de captar toda la esencia de la escena, al final pocas de las fotos resultaron bonitas, pero alguna puede expresar un poco la belleza del momento.
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