lunes, 6 de agosto de 2018

EL ENGRAXADOR DE LA AVENIDA DE LOS ALIADOS (OPORTO - PORTUGAL)



Dependiendo de la parte del mundo en la que hayas tenido la “suerte” de nacer, hay oficios que puede que ya te resulten extraños en el día a día, o puede que los veas como lo más normal del mundo.

El oficio de limpiabotas hoy en día es ya difícil de ver en muchos países desarrollados del mal llamado primer mundo. Incluso en ellos, ya durante muchas décadas, una gran parte de la sociedad concibe este trabajo como algo indigno o reservado para las más bajas clases sociales, solo por el hecho de que el trabajador este agachado frente a su cliente limpiándole los zapatos. Dando por hecho la repugnante idea, de que la dignidad de una persona se puede medir por las posturas que requiere su trabajo…

Y nada más lejos de la realidad, el oficio de limpiabotas fue y es tan respetable e importante como cualquier otro trabajo. Un trabajo que en los países pobres da de comer a mucha gente, y en los países más ricos sigue, eso sí en mucha menor medida, desempeñándose por personas que en muchos de los casos llevan dedicadas media vida al oficio y lo desempeñan con esa soltura y ese esmero que solo los años de experiencia te dan. Un servicio de calidad, que por supuesto, atrae a clientela fija. Clientes dispuestos a pagar generosamente por un trabajo bien hecho y seguramente por una agradable charla con una persona que, pese a no moverse mucho de la zona durante su trabajo, seguro que ha escuchado mucho mundo.

Solo teneis que poneros a investigar un poco para encontraros con interesantes historias como la de Patrick Bologna y los soplos bursátiles en el Wall Street de los años 20, o descubrir que incluso Ozzy Osbourne también limpió zapatos en sus años más mozos, antes de formar Black Sabbath…

Engraxador, es el nombre que se le da al oficio en la vecina Portugal, ser engraxador era hace años un trabajo muy exitoso, los mejores conseguían una merecida fama y podían tener largas colas de clientes esperando a ser atendidos, los sueldos solían situarse bastante por encima del sueldo medio. Los buenos tiempos para este negocio quedaron atrás, pero aun hoy en día podemos ver un gran número de Engraxadores por las calles de las ciudades más importantes, entre ellas Oporto.

Pasear por Oporto nos lleva a veces a sumergirnos en barrios con un encanto único, con una arquitectura que nos hace retroceder mentalmente unas cuantas décadas atrás en el tiempo, pero aun si nos vamos a sus partes más turísticas, podemos experimentar sensaciones muy parecidas. Pasear por la Avenida de los Aliados en Oporto es una grata experiencia, pasearemos por esta enorme avenida acondicionada para que las personas puedan pasear con tranquilidad admirando los hermosos edificios, durante nuestra caminata, divisaremos incluso un McDonalds en el lugar en el que antes estaba el Café Imperial y que por suerte han tenido el buen gusto de respetar y acondicionar la arquitectura original del edificio. Ahí cerca, nos encontramos con este buen señor, al que en un principio dudé de hacerle una foto, pero que unos pasos más adelante, mientras le daba vueltas en la cabeza al tema, me hizo detenerme, girarme y hacerle esta foto.




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