jueves, 23 de agosto de 2018

AL PONERSE EL SOL EN LUANG PRABANG (LAOS)


Llevábamos unas pocas horas en Luang Prabang y ya estábamos maravillados por su belleza, había tantas y tantas cosas que ver, pero el anochecer ya se acercaba, y mañana temprano nos esperaba una visita a las preciosas cascadas de Kuang Si, por lo que nos limitamos a pasear y conocer un poco la vida de la ciudad.

La ribera de los grandes ríos siempre es un hervidero de gente a cualquier hora del día y el anochecer no era menos, los pescadores y la gente que trabajaba por la zona se arremolinaba en diferentes locales, algunos al aire libre para cenar. Aún era muy temprano para nosotros, por lo que decidimos aprovechar las últimas horas de sol para inmortalizar una más de las preciosas puestas de sol que habíamos observado durante todo nuestro viaje.

Caminamos por el paseo de la ribera y encontramos un sitio que parecía hecho a propósito para ello, así que nos instalamos en él y esperamos pacientemente a que el sol fuera bajando por el horizonte. No tardó mucho en ofrecernos vistas inolvidables. De todas formas, no teníamos prisa, era un lugar precioso, y una leve brisa hacía que la estancia fuese aún más agradable.

Cuando la luz se fue y las farolas iluminaban tenuemente la calle, comenzamos a andar sin rumbo, aún era demasiado temprano y decidimos beber algo antes de cenar. Encontramos no pocos bares, iluminados convenientemente para atraer a los turistas, grandes terrazas con vistas al Mekong, que ahora ya sin luz y con una noche bastante cerrada solo podíamos adivinar su presencia a través del odio, escuchando el fluir de sus aguas ahora tranquilas sin la presencia de barcos ni humanos. Decidimos parar en una de estas terrazas y tomarnos algo, en la carta había tantos tipos de bebida que nos costaba decidirnos, al final había unos zumos de frutas que ni conocíamos y era tan buena la pinta que tenían que no pudimos resistirnos a pedir uno para cada uno, llevaban hielo, con el consiguiente peligro de no saber de dónde provenía esa agua (siempre muy importante en estos países), no nos importó demasiado, estaban tan buenos, y hacia tanto calor, que nos duraron un suspiro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario