"He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él."
Mark Twain
Y lo cierto es que desde que te conocí no hemos parado de viajar y disfrutar. Ya sea al otro lado del mundo o aquí, al lado de casa. Aquella preciosa mañana a orillas del canal de Damme, quedará en el álbum de fotos de nuestra memoria para siempre. Tú, yo, dos bicicletas y un sendero que recorrer.
Podría decir que esta última frase es una analogía de la vida, pero no, aquel sendero era fácil de recorrer, estaba libre de piedras, de baches y de tristeza. El sol calentaba una mañana que había amanecido fría, se escuchaba cantar a los pájaros en los árboles, e incluso aunque la carretera estaba próxima, el tráfico era tan leve que en ocasiones podías parar y escuchar a la naturaleza hablar, y cuando no, nuestras risas resonaban por doquier.
Pero ahora que lo pienso, una analogía si se podría hacer de ese día, y es que a veces, por mucho que pedalees no consigues llegar a tu objetivo, entonces es el momento de parar, sentarte y pensar donde está el problema, muchas veces la solución esta delante de ti, frente a tus narices. En este caso era tan fácil como explicar el funcionamiento de los cambios de la bicicleta…
Esperando con ansias (y preparando) el próximo viaje, California, Nevada, Utah y Arizona nos esperan.
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