viernes, 27 de julio de 2018

MIRANDO HACIA EL TECHO DEL MUNDO EN EL PASO PANG-LA (CORDILLERA DEL HIMALAYA - TIBET - CHINA)


Habíamos estado muy cercanos al techo del mundo, ese día volvíamos de una de las experiencias más inolvidables de mi vida, despertamos en la guesthouse del monasterio de Rongbuk, posiblemente uno de los alojamientos más altos del mundo, a las faldas del monte Everest. Entumecidos de frio, los guías observaban divertidos como entrábamos rápido al calor del vehículo.

Tras unos cuantos kilómetros de marcha, con la calefacción y el sol mañanero entrando por los cristales empezamos a entrar en calor, y volvíamos a pensar en disfrutar del lugar, así que pedimos a los guías parar en uno de los pasos de montaña que más nos habían impresionado el día anterior, teníamos tiempo suficiente por lo que accedieron sin problema. Nos bajamos del vehículo con la boca abierta una vez más, nuestra parada era el paso Pang-La, a unos 5100 metros sobre el nivel del mar, disfrutamos una vez más de unas vistas que se nos iban a grabar a fuego en nuestra memoria, ahí frente a nosotros la carretera que acabábamos de recorrer serpenteaba bajando hacia un valle que dirigía al cielo, o al menos lo más cercanos al cielo que se podía estar pisando la tierra, la cordillera del Himalaya. En el horizonte divisábamos de nuevo algunas de las montañas más altas del mundo, que se erguían majestuosas, entre ellas el mítico monte Everest que horas antes nos había hipnotizado con su magnificencia, varios ochomiles lo acompañaban.

Caminar, subir y bajar, se hace duro a esas alturas, y más para quien no está acostumbrado, pero no importaba, nos movíamos de aquí para allá, disfrutando de las vistas antes de despedirnos definitivamente de uno de los sitios más esperados de nuestro viaje, daban ganas de quedarse más tiempo, pero pensábamos que aún quedaba mucho que ver tanto dentro del Tibet, como en China, por lo que nos dirigimos al vehículo de nuevo, no sin antes volver a darnos la vuelta para intentar tocar el cielo de nuevo con nuestra mirada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario