POTSDAMER PLATZ, LA PLAZA QUE RESURGIÓ DE SUS CENIZAS ( BERLÍN - ALEMANIA)

Pasear por Berlín supone encontrarse con una ciudad que ha vivido de una manera u otra algunos de los sucesos más importantes de la historia reciente de Europa, Berlín es una ciudad moderna, abierta, pero a su vez entre las calles de la nueva Berlín nos encontraremos con numerosos vestigios de la antigua Berlín. El aislamiento durante décadas de una parte de la ciudad de otra la ha marcado profundamente, por ejemplo, en su arquitectura, pero si hay algo que haya dejado cicatrices profundas en la ciudad, eso es sin duda la infame Segunda Guerra Mundial.

Hasta el mencionado conflicto, Potsdamer Platz era una de las plazas principales en la urbe, en ella confluían las líneas de tranvías, autobuses, y carreteras convirtiéndola así en la imagen del progreso del transporte en el viejo continente, incluso en ella se instaló el primer semáforo de Europa. La llegada de la guerra puso fin a ese aura de grandeza que rodeaba la plaza de la capital alemana, cuando el conflicto ya terminaba, Berlín fue golpeada día tras día por la artillería aliada y soviética, dejando la que otrora fuera una de las ciudades más imponentes del mundo prácticamente reducida a cenizas, uno de los sitios más bombardeados fue Potsdamer Platz, que con el final de la guerra permaneció más de cuatro décadas abandonada, siendo un solar por donde pasaba el muro que separaba la Alemania del este y del oeste.

Pero con el tiempo, llegaron vientos de cambio, el telón de acero se fue al garete, y con la caída del muro de Berlín, la ciudad quería volver a brillar, quería volver a ser el centro de las miradas del mundo entero y en ella se empezaron a planificar numerosos proyectos de renovación urbanística, entre ellos estaba la tarea de devolver el esplendor a tan mítica plaza. Así en 1991 tras ganar un concurso los arquitectos H.Hilmer y C.Sattler desarrollaron un proyecto que llenaría la plaza de espectaculares edificios.

La plaza vio crecer en pocos años numerosos rascacielos y edificios con diseño vanguardista, como por ejemplo el Sony Center inaugurado en el año 2000. Así la plaza se convirtió en un importante centro comercial, financiero y cultural de la ciudad, sin olvidar la gran cantidad de espacios públicos para el disfrute de los ciudadanos.

Para un turista la plaza es de obligada visita, su situación cercana a numerosos puntos de interés, y sus paradas de diferentes líneas de metro la convierten en una estación frecuente para iniciar una caminata por la ciudad, a unos cuantos metros llegaremos al monumento al holocausto, y si caminamos un poco más nos encontraremos frente a la famosísima Puerta de Brandeburgo y la parte sur del enorme parque Tiergarten. Cuando nos damos una vuelta por la plaza no podemos dejar de levantar la mirada hacia los enormes y modernos edificios, pero si miramos al suelo podemos descubrir, como pasa en la mayoría de la ciudad, vestigios de su pasado, presentes en muchas ocasiones para que el ser humano reflexione sobre sus errores.