La visita a Chiang Rai fue muy rápida, habiéndole dedicado toda la mañana al viaje desde Chiang Mai (un viaje muy pintoresco en una especie de taxi-camioneta) y a la visita al Wat Rong Khun, el espectacular templo blanco a las afueras de la ciudad.
Así que una vez instalados dedicamos lo que quedaba del día a pasear por la ciudad, fuimos siguiendo una ruta de templos que ya por esas horas se vaciaban de turistas y mostraban su cara más cotidiana, con monjes budistas de aquí para allá, y algún que otro momento curioso. Caía la noche, y había que buscar algo de cenar, al día siguiente abandonaríamos Tailandia temporalmente para dar comienzo a unos intensos días por el país vecino, Laos.
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