El castillo de Osaka, situado en el Parque del castillo (Osaka-jo Kōen), comenzó a construirse en 1583 con el objetivo de convertirse en el centro del Japón unificado, siendo el mayor castillo de la época. Sin embargo y como solía pasar en esa época, el castillo fue destruido por las tropas de Tokugawa, que lo reconstruyeron en la década de 1620 para ver cómo se incendiaba y acababa completamente calcinado en 1665, algo que era bastante habitual en los castillos de la época.
Su estética por entonces era diferente a la actual, ya que la torre principal no se reconstruyó hasta 1931, y milagrosamente se salvó de los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.
Al ser tan actual, su interior es relativamente moderno en comparación con otros castillos. En la parte exterior le han instalado un ascensor, que la verdad no pega mucho con el resto de la estructura.
Desde la colina se pueden tener fabulosas vistas de la ciudad de Osaka, pero lo mejor es subir al último piso y observar el anochecer, aunque nosotros nos conformamos con hacerlo desde el jardín.
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