miércoles, 4 de julio de 2018

UN PUESTA DE SOL DE ¿RELAX? (AO NANG - KRABI - TAILANDIA)


Seguramente a la mayor parte de vosotros esta instantánea os sugiere paz y tranquilidad, una de esas fabulosas puestas de sol en las playas del sur de Tailandia, después de un caluroso día en una de esas paradisiacas playas de agua cristalina.

Pues en la mitad de estas cosas estáis en lo correcto, habíamos pasado todo el día bajo un sol radiante en las preciosas playas de Railay, la famosa y recóndita península de la región de Krabi, las aguas del mar de Andamán nos habían aliviado del calor durante las horas centrales del día, pero hasta ahí se cumplen las premisas…el caso es que volvíamos de nuevo al hotel a las afueras de la ciudad de Ao Nang, el cual disponía de un servicio de transporte para sus huéspedes, pretendíamos coger el último de los vehículos. Según íbamos en la barcaza que realizaba el trayecto entre Railay y Ao Nang, nos empezamos a dar cuenta de que íbamos muy mal de tiempo, y que nos íbamos a quedar sin transporte al hotel y tendríamos que caminar un rato para buscar un tuk tuk que nos acercara.

 Según nos acercábamos al embarcadero de Ao Nang el sol iba poniéndose por el horizonte, dejando unas estampas bucólicas que invitaban a contemplarlo, pero nada más bajarnos de la barcaza empezamos a correr por la playa como alma que lleva el diablo. Corríamos por el arenal mientras la poca gente que quedaba en ese tramo nos miraba, unos perros que había por la zona decidieron también unirse a la carrera… de tal forma que parecía incluso que huíamos de ellos… No quiero ni pensar lo que debieron pensar los tailandeses que nos observaban.

Yo llevaba la cámara en la mano y fiel a mi costumbre de aprovechar el momento hasta el límite, me paraba durante segundos a tomar alguna que otra foto a la puesta de sol. En uno de esos instantes observé una pareja de tailandeses que subidos a caballo realizaban un paseo durante el momento más bonito del día, me paré, mientras Cova y Aitor y los perros seguían corriendo, y les tomé varias fotos, total, si llegaban ellos, podrían decirle al conductor que esperara un minuto (como así fue). Lo que no podía esperar, era tomar fotos a un sitio al que quien sabe si volvería alguna vez.



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