Se termina un año en el que he cumplido uno de mis sueños, viajar a Japón, un país al que tengo que volver aunque moviéndome por lugares menos turísticos eso sí, pero de todas formas volveré a Kioto, ya que la ciudad plagada de templos y bonitos parques me encantó, y como es normal han quedado decenas de cosas por hacer, tal vez no sea ahora, ni en próximos años, pero alguna vez volveré, pero de momento toca pensar en el 2020 y los trocitos de planeta que voy a conocer, dos viajes fijos y uno con muchas posibilidades.
En la foto podéis apreciar la entrada al recinto del Kiyomizu-dera, uno de los templos más impresionantes de la ciudad, que cuando fuimos aun estaba en obras en su gran pabellón, los japoneses, como ya comentamos en otras fotos, son muy aficionados a vestirse con kimono y hacerse largas sesiones de fotos en sus inmediaciones, cuando llegábamos observamos divertidos a esta niña que ponía las más variadas poses a las indicaciones de su madre.
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