martes, 20 de febrero de 2018

FUNICULAR HACIA EL MONTE IGUELDO (SAN SEBASTIÁN - PAÍS VASCO - ESPAÑA)





San Sebastián, que ciudad más bonita, una ciudad en la que es imposible pasar unos días y aburrirse. Decenas de cosas que ver, hacer y comer son las responsables de ello.

Donostia su nombre en euskera (que a mí me parece más bonito), cuenta con largas playas urbanas de las que sin duda la más conocida es la de la Concha. Esta playa prácticamente empieza y termina en dos montes, (ya veis, monte y playa en una ciudad; D) a su derecha según miramos al mar tenemos el monte Urgull con sus fortificaciones y que da abrigo a la ciudad antigua de Donostia. A la izquierda (oeste) tenemos el monte Igueldo, al que podemos acceder en coche, andando, o en uno de los funiculares más antiguos de la península.

Inaugurado en 1912 permite una ascensión rápida y cómoda al monte, pero… ¿porque subir al monte Igueldo? Pues porque en él se esconde uno de los lugares con más encanto de la ciudad. Ahí en su cima se yergue uno de los parques de atracciones más antiguos de España, inaugurado en el mismo año que el funicular, su arquitectura y sus atracciones huyen de los modernos e inmensos parques temáticos actuales dotándolo de un encanto único aunque obviamente con el paso de los años el parque se ha ido modernizando y remodelando, aun así muchas de sus atracciones fueron construidas hace más de 90 años. Además en la cima antiguamente existía también un casino y un restaurante, edificios que hoy en día no podemos admirar, ya que dieron paso a la construcción de un hotel que aún mantiene abiertas sus puertas.

Pero sin duda, otro de los atractivos de la visita son las excelentes vistas de la ciudad, para ello contamos con unos cuantos miradores en los que deleitarnos con las vistas de la urbe y de la playa de la Concha, desde aquí podemos tomar geniales fotografías con la playa, los edificios, la isla de Santa Clara, y al fondo el monte Urgull.

La primera vez que subí al monte, fue de pequeño, me encontraba de visita con mis padres, y recuerdo subir en el funicular, también recuerdo el parque de atracciones y subirme a alguna de ellas. Eran recuerdos vagos, por eso cuando volví a visitar la ciudad muchos años después volví al monte de nuevo, por entonces aun acababa de empezar a aficionarme a la fotografía, así que aunque tome varias fotos no eran de demasiada calidad.

Por eso la tercera y última (por ahora) vez que visité la ciudad, no dude en volver a coger el funicular, en parte para enseñarle todo esto a Cova, pero en parte también quería volver a subir, para volver a hacer esta foto que veis, el funicular, que con más de cien años a sus espaldas sigue llevando a la gente a un lugar mágico.


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